No queremos ser un camino,
tampoco que el camino se acabe.
Mejor ser transitado,
o tal vez estar desierto,
nosé, no hay punto medio.
Los obstáculos no son insalvables,
podemos crecer y volar.
Podemos pasar el camino cantando
sin darnos cuenta del paisaje,
también mirarlo todo con detalle,
y no darnos cuenta de las montañas más grandes.
Yo prefiero cantar, llorar, volar, sentir,
pero sin dejar de mirarlo todo por el rabillo del ojo.
Y a veces, solo a veces,
se detiene el tiempo un instante,
en el roce de mis labios con los tuyos