Esa que una vez lo significó todo para ti
ahora es solo ruido vacío, sin significado.
Los gustos cambian, lo sabes.
Tal vez por el hastío y la rutina,
que te queman por dentro sin querer.
Y no sabes qué hacer
para congelar ese fuego que te consume.
Tampoco puedes vivir al cien por cien,
la emoción te congelaría,
los sentimientos desaparecerían.
Se trata de encontrar el equilibrio.
Dejar la balanza quieta.
Y, sobretodo,
de volverla a equilibrar cuando esta se venga abajo.
Evitando sucumbir,
en un intento desesperado.