lunes, 21 de febrero de 2011

Evocación

Recorro por última vez estas paredes
con mis yemas, y los ojos cerrados.

La textura es rugosa y fría,
aún en verano.

Quién sabe cuántos momentos
han quedado retenidos entre los recovecos,
entre las retinas de este lugar.

Llantos, risas, bromas...

Haría falta más de una vida para descifrarlo todo.

Una sonrisa se dibuja en mis labios;
y habro los ojos para ver,
e irme de aquí para siempre.

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